CONTINUAR HACIENDO ALGO
CUANDO NO HAS PROBADO OTRA COSA
NO ES ELEGIR.
“¿Por qué no azotar al profesor cuando el alumno se porta mal?”
-Diógenes de Sinope
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Yo no escogí ‘estudiar’, me lo impusieron. Yo era feliz corriendo por los parques y subiéndome a los árboles pero me dijeron que debía sacrificar mi presente por un futuro mejor. Me pareció buena idea, claro que la alternativa siempre me la pintaron con mucho negro y poca vida. Empecé en la escuela primaria y me pareció que lo que me enseñaban poco tenía que ver con la vida. Eran cosas de un mundo deformado y complicado que yo relacionaba con las personas mayores: adultxs. Horas y horas llorando en mi cuarto por no querer hacer una jodida división, no me quedaban ganas, y poca fuerza de voluntad puedes sacar cuando no le ves la finalidad.
El Futuro, piensa en el Futuro. El Futuro, por eso continué. Una extraña promesa que juega sospechosamente en el mismo terreno que la religión.
Pasé a secundaria y lo que más me sorprendió es que no solo lxs alumnxs odian el instituto, parecía que compartíamos sentimiento con lxs profesorxs. Adultxs que se empeñaban en ‘enseñar’ más por costumbre o rutina que por amor hacia nosotrxs. Quizás en un pasado creían realmente que lo que nos decían nos interesaba pero de eso hace ya mucho tiempo. La rutina ahora se basa en que memoricemos todas sus mierdas y las escupamos en una hoja de papel, aunque no nos interese ni nos ayude en nada. Por el Futuro, haz de tu presente una agonía si quieres un Futuro mejor.
Vino la guinda del pastel: Bachiller. Amigxs a los que dejé de ver porque no salían ni de sus casas. Yo siempre me negué a no-vivir por tener un ocho en vez de un cinco. Incluso llegué a suspender; y cuando me di cuenta de que el papel valía más que la persona simplemente abandoné. Siempre tuve grandes aptitudes como: la creatividad, la empatía, ayudar a lxs demás, etc. cosas que no entran en el boletín de notas y quizás sean más importantes para la comunidad que el saber hacer una ecuación. No quería sacrificarme más. A la mierda el Futuro. El Futuro no existe, lo que vivimos se llama presente.
Descubrí un mundo de soñadores: personas que no se conforman con el mal menor sino que viven con ilusión y curiosidad. Que son artistas porque solo los artistas, los de verdad, son capaces de romper todos los esquemas. Por otro lado son este tipo de personas las que estudiamos en la escuela, son estas las que pasan a la historia: las soñadoras y las incorformistas.
Escribo este último escupitajo ácido hacia el sistema educativo sin esperanza ninguna; con el único objetivo de que la incuestionable escuela sea puesta en entredicho. De hecho, romped y quemad esta hoja, no como lo hará la autoridad sino por convicción de que cada persona tiene la fuerza necesaria para crear su propio mundo, sin moldes.
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(Panfleto encontrado en la calle.)